Uno de los mejores enfrentamientos femeninos del año se dio en un programa secundario de la compañía, y por lo mismo muchos no vimos este encuentro en vivo porque ocurrió en un lugar de poco interés. Dicho eso, si miramos con la perspectiva que da el tiempo, nos daremos cuenta de que esto tiene algún sentido; por ese entonces era muy raro que en el main roster las mujeres pudieran tener presentaciones sobre los 10 minutos y, tal vez, este escenario alejado de los focos principales dio chances para que este "milagro ocurriera". Este encuentro entre la campeona AJ Lee y la retadora Natalya no es considerado como un pistolazo inicial de la tendencia que meses más tardes se configuró con las chicas de NXT con sus excelentes encuentros, es más bien recordado como un oasis en medio, hasta ese entonces, el histórico desprecio que la WWE ofrecía a la división femenina.
El ascenso de AJ Lee como luchadora fue explosiva. Ha mediado del 2013 comenzó a tener gran relevancia y en pocos meses se le dio el campeonato máximo de la división. Su popularidad como heel (ruda, villana, chica mala) era sorprendente y su calidad en el ring innegable. Por otro lado, Natalya era "una eterna promesa" de gran luchadora, pero siempre le costó recibir la aprobación del público. Ambas eran buenas, ambas eran jóvenes y ambas querían ser, sobre todo, buenas luchadoras, solo necesitaban el espacio adecuado para demostrarlo.
Los primeros minutos del encuentro son de llaveo y dejan en evidencia que la retadora es mejor en esa materia. Aj Lee recurre a las cuerdas, intenta sacar de concentración a Natalya, sin embargo termina con la de chicago lanzada fuera de del ring. De vuelta de comerciales la campeona domina y combina sus virtudes, la rapidez y agilidad, para dominar, pero elije torpemente volver a las sumisiones que terminan por volver a poner la balanza a favor de la rubia canadiense, que a estas alturas, más cansadas, recurre a los golpes directos. Para sorpresa de todos, la monarca saca una patada al vientre de su rival que se ve brutal, pero recibe de vueltas un aluvión de antebrazos sin ton ni son que ponen el encuentro al rojo vivo; encienden al atónito publico y dotan al feudo del tan necesario odio. Ahora la cosa es personal.
Aj Lee intenta nuevamente con sumisiones,
para preparar su movida final, a lo que Naty contesta con suplexs, patadas y contra
lonas, dejando claro la superioridad del abanico de arsenales de la aspirante
al título. Sin embargo, la campeona es campeona por algo, y su movida final aparece
en cualquier momento. Hasta acá es la típica lucha que se podía ver en aquel
tiempo: Aj Lee ganado de la nada ante una contrincante superior. Sin embargo,
para sorpresas de todos, su rival logra sacudirse la viuda negra de encima para
luego conectar el francotirador, que se entiende como inesperado y legítimo, lo
que hace explotar al publico (que claramente no se esperaba un cambio titular).
Sin embargo, la delgada campeona se escabulle. De aquí en más la pelea entra en
el nivel donde todo lo que suceda será un justificado posible cierre, por lo que
la incertidumbre se hace presente y con eso la emoción que tanto ama el respetadísimo.
Al final la balanza la inclina una pequeña intervención de Tamina que termina
con Natalya rindiéndose sometida en la viuda negra.
Conclusiones
Lo que me gusta de este encuentro
es su lógica. Sencilla pero coherente, las cosas se suceden con total
naturalidad y las decisiones de las luchadoras son siempre las fluidas. Además,
la gran parte de las lleves están bien aplicadas y la agonía conforme pasa el
tiempo y el castigo son evidentes, lo que termina por configurar un relato muy creíble,
fácil de seguir y con una historia que nos hizo pensar, a pesar de ir contra la
lógica del contexto, que las opciones de la aspirante al título eran
legítimamente posibles.
